El 31 de agosto de 1914, San Petersburgo fue rebautizado como Petrogrado debido a los sentimientos antigermánicos que predominaban en la sociedad en aquel tiempo. Además, debido a las crecientes disputas territoriales con Finlandia que acababa de lograr la soberanía, la capital, trasladada por Pedro I a la ciudad sobre el Neva, regresó a Moscú. Petrogrado se convirtió en el centro cultural y científico más importante de la Rusia soviética.

El 3 de julio a las 18:00 os invitamos a la tercera conferencia en línea, a lo largo de la cual hablaremos sobre los principales acontecimientos históricos de Rusia del siglo XX que influyeron en la cultura y la arquitectura de San Petersburgo. La conferencia será impartida por Olga Armenkova, profesora titular de la Universidad de San Petersburgo, profesora de lenguas y literatura extranjera, y guía intérprete en San Petersburgo y en la región de Leningrado.

En la arquitectura de Petersburgo a principios del siglo XX, el modernismo del norte, cuya singularidad consistía en su referencia al pasado mediante nuevos medios artísticos, experimentó el mayor desarrollo. Este estilo es famoso por el uso de materiales naturales, presencia de plantas y animales, así como por sus coloridos vitrales, mosaicos y mayólica. El modernismo norteño se caracteriza por líneas fluidas, asimetría, elementos decorativos, síntesis de arquitectura, escultura, pintura y artes aplicadas. Algunos de los arquitectos más importantes del Art Nouveau del norte fueron Fyodor Lidval y Aleksei Bubyr, quienes hicieron una contribución significativa para cambiar la apariencia de Petrogrado de su época.

Pero el período más terrible en la historia de San Petersburgo -que en aquel tiempo había sido rebautizado como Leningrado- fue marcado por los años de la Segunda Guerra Mundial de 1941-1945. Durante el asedio, que duró 900 días, la ciudad quedó completamente aislada del mundo exterior. En 1945, no había ningún solo edificio en Leningrado que no hubiera sido dañado por los bombardeos, mientras que los magníficos palacios situados en la ciudad y en sus alrededores se habían convertido en ruinas. A pesar de todo, Leningrado resistió y sobrevivió. La resurrección de la ciudad después de los bombardeos puede considerarse un milagro tan grande como su construcción a principios del siglo XVIII.

La reconstrucción duró tan solo diez años y a mediados de la década de 1950, Leningrado de nuevo fue considerada una joya arquitectónica y el centro de la cultura mundial. En 1991, la ciudad recuperó su nombre original, San Petersburgo. Hoy en día, es el segundo centro económico, científico y cultural más importante de Rusia y una de las ciudades más bellas del mundo.

La conferencia se llevará a cabo como parte de la celebración del 300 aniversario de la primera universidad en Rusia.