Nadie sabe lo que es la belleza.
Andréi Tarkovski
La obra del destacado director y guionista Andréi Tarkovski es un fenómeno en la industria cinematográfica mundial. Graduado en bellas artes, el director tenía un profundo conocimiento de la pintura, que ejerció una gran influencia en la formación de su lenguaje cinematográfico. Tarkovski no solo citaba las obras maestras, sino que las integraba elegantemente en las tramas de sus películas, convirtiéndolas en una parte indispensable de la narrativa.
El 18 de marzo a las 18:00 horas la Fundación Cultural ‘CdR en Barcelona’ y la Universidad Estatal de San Petersburgo os invitan a la conferencia en línea “Tarkovski y la pintura”, a lo largo de la cual descubriremos cómo la iconografía rusa antigua y el arte del Renacimiento complementaron el estilo original del director. La conferencia será impartida por Lyubov Bugayeva, profesora del Departamento de Historia de la Literatura Rusa de la Universidad de San Petersburgo, autora del libro ‘Literature and rite de passage’ (2010) y más de 200 artículos sobre teoría e historia de la literatura y el cine.
La introducción de una serie pictórica en la estructura narrativa del cine es una característica distintiva de la obra de Andréi Tarkovski, quien en 1966 estrenó la película sobre el iconógrafo ruso Andréi Rubliov. El largometraje, posteriormente reconocido como una de las principales obras del director, se convirtió en una ilustración de la búsqueda espiritual y la crisis del creador, que puede ocurrir con cualquier artista en cualquier época. La mayor parte de la película presenta imágenes en blanco y negro, pero en el epílogo, el filme adquiere color y en pantalla aparecen las obras de Andréi Rubliov: “La entrada a Jerusalén”, “La transfiguración”, “La Natividad de Cristo” y, finalmente, “La Trinidad”.
La innovación de Tarkovski está en su capacidad de crear, desafiando todas las reglas y convenciones. Los símbolos eternos y los personajes bíblicos ayudaron al director a ampliar los límites espacio-temporales de sus películas. En “La infancia de Iván”, teniendo tan solo doce años, el protagonista, que pierde a todos sus seres queridos durante la guerra, contempla “Los cuatro jinetes del Apocalipsis” de Albrecht Dürer, obra de uno de los más grandes artistas del Renacimiento nórdico.
Andréi Tarkovski se inspiraba en la estética del incomparable maestro italiano Leonardo da Vinci, cuyas pinturas adornan “El espejo”, la película más autobiográfica del cineasta. El director estaba interesado especialmente en la misteriosa dualidad y el enigma de los personajes femeninos en las pinturas de este gran maestro del Renacimiento.
Las obras de los artistas holandeses también tenían un valor especial para Tarkovski. Las pinturas de Pieter Brueghel el Viejo en “Solaris” se utilizan como un recordatorio del cinismo e irrevocabilidad de la vida en la Tierra. El paisaje invernal “Cazadores en la nieve”, considerado uno de los trabajos más importantes del pintor, fue capturado por Tarkovski en “El espejo” como recuerdo de una infancia tranquila y feliz.
Descubriremos qué otras pinturas son clave para descifrar los significados no solo de episodios individuales, sino también de la obra en su conjunto de Andréi Tarkovski, en nuestra próxima conferencia.
La conferencia se llevará a cabo como parte de la celebración del 300 aniversario de la primera universidad en Rusia.
La conferencia se realizará en línea, en ruso con traducción simultánea al castellano.
Participación gratuita con inscripción previa.