El destino de Zinaida Serebriakova, la nieta del famoso arquitecto Nikolai Benois que nació y se crió en la finca de los célebres artistas Benois-Lansere, estaba predeterminado incluso antes de su nacimiento. La buena educación y el talento se convirtieron en un deseo de realizarse en la dirección artística, decisión que fue muy bien recibida en su talentosa familia. “Nuestros hijos nacen con un lápiz en la mano”, decían en la casa de la futura artista.
El 27 de septiembre a las 18:00 os invitamos a la conferencia "Zinaída Serebriakova – primera dama de la pintura", que tratará de la obra y el destino de una de las primeras mujeres rusas en la historia del arte. La conferencia será impartida por María García, arquitecta, diseñadora y art-manager de Casa de Rusia.
Zinaida Serebriakova comenzó a dibujar a una edad muy temprana, representando con amor todo lo que la rodeaba: árboles, jardines, casas, molinos de viento. La juventud de la futura artista transcurrió en San Petersburgo, donde se convirtió en estudiante de una escuela de arte, en la que Ilya Repin le enseñó los conceptos básicos de las bellas artes.
El estilo único de Zinaida Serebriakova ya se podía descubrir en sus primeras obras. La joven artista era muy buena para los retratos, en los que transmitía con facilidad y gracia la profundidad del carácter de cada persona. Entre sus otros temas preferidos destacaban la naturaleza, la armonía y las escenas de la vida del pueblo.
El autorretrato de Zinaida, pintado en una luminosa habitación de invierno frente a un espejo con la mesita llena de cosas para celebrar los rituales de belleza matinales, la hizo famosa en toda Rusia en la exposición de la Unión de Artistas en 1910 y se convirtió en una de sus obras más importantes. Pável Tretyakov compró este lienzo para su galería, y críticos y artistas entusiastas, entre los que se encontraban Serov, Vrúbel y Kustódiev, reconocieron de inmediato el talento de Serebriakova y la invitaron a su círculo creativo "El mundo del arte".
Habiéndose convertido en una de las primeras artistas rusas a escala mundial, Zinaida Serebriakova casi no pudo conocer ni disfrutar de su propia fama. La época más serena de su vida terminó con la temprana muerte de su esposo, después de la cual la artista no volverá a casarse. Rusia posrevolucionaria y la URSS no necesitaban retratos ni paisajes, y la sociedad francesa estaba demasiado ocupada con el novedoso art déco como para dar la cabida a las obras de Serebriakova. Sobre el talento de la artista y su eterna búsqueda de la belleza hablaremos durante nuestra próxima conferencia.
El encuentro se realizará en línea, en ruso y con la traducción simultánea al castellano.
Participación gratuita con inscripción previa.