La ilusión de la luz era su dios, y no había ningún otro artista que se le igualara en lograr este milagroso efecto en la pintura. Kuindzhi es el artista de la luz.

Iliá Repin‍

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El 22 de julio a las 18:00 horas hablaremos sobre Arjip Kuindzhi (1842-1910), el célebre paisajista ruso, cuyo arte se convirtió en una especie de experimento y ensayo de las posibilidades de la pintura. ¿Por qué, frente a sus pinturas, incluso a los artistas eminentes se les olvidó que existen leyes del arte? ¿Cuál es el secreto de los ilusorios misterios de sus cuadros?

Arjip Kuindzhi, hijo de un pobre zapatero de Mariupol, no demostraba demasiado interés por los estudios, pero le encantaba dibujar sobre cualquier tipo de material que tenía a su disposición. En 1866 fue rechadado por la Academia de Artes de San Petersburgo; entonces empezó a trabajar como retocador para diferentes fotógrafos. Finalmente, en 1868 recibió el título de artista independiente.

Las obras de Kuindzhi se suelen relacionar con las obras de los impresionistas, aunque esto no es del todo correcto. Los paisajes del artista son estáticos, principalmente desiertos, y en general no muestran ningún signo de actividad humana. Para los artistas del realismo de aquella época los efectos de luz que creaba Kuindzhi, experimentando con la composición química de las pinturas, parecían inalcanzables.

Mientras la pintura de la segunda mitad del siglo XIX se encontraba demasiado apegada a la realidad, el maestro de la luz pintaba objetos y fenómenos naturales tal como los veía, y esto supuso una auténtica novedad. Así, las sombras grises en sus cuadros se volvían carmesí y la luna amarilla se convertía en verde.

El artista no solo experimentaba con la luz, sino también con la organización de sus exposiciones personales. Causó sensación en el mundo artístico ruso la exposición de tan solo una pintura de Kuindzhi - “Noche de luna llena en el Dnieper”, organizada y presentada en San Petersburgo. Durante dos semanas, la exposición fue visitada por 13 mil personas, muchas de las cuales no podían creer que el cuadro estuviera pintado al óleo sobre lienzo.

“Su “Noche en el Dnieper” no es un simple impulso de la pintura hacia adelante, sino un salto, un gran salto. Este cuadro nos muestra un poder del color nunca visto y nos deja una impresión realmente mágica. No es un cuadro, es la naturaleza misma trasladada a un lienzo en miniatura”,  escribió el periodista y editor Suvorin.

La conferencia será impartida por María García, arquitecta, diseñadora y art-manager de Casa de Rusia. María heredó el amor por la arquitectura de su abuelo, el famoso arquitecto Yuriy Gamburg, y de su padre, Mario García Ordoñez, quien fue el primero en traducir del español al ruso un libro sobre la obra de Gaudí.