La España del siglo XVII era una de las potencias más fuertes y ricas del mundo, hecho que no se reflejaba en la vida de sus ciudadanos. Se gastaban enormes fondos en librar guerras largas y agotadoras, en el mantenimiento de la corte real y de la iglesia, mientras que el pueblo vivía agobiado por la desigualdad social, la arbitrariedad del poder y el miedo a la Inquisición. Tal vez por esa razón los grandes pintores de aquella época -El Greco, Velázquez, Zurbarán y Ribera- buscaron presentar en sus cuadros una imagen fiel de la vida, afirmando la grandeza y el significado del ser humano.

El 8 de junio a las 18:00 horas, en el marco del ciclo de conferencias “La época más mágica del arte español” hablaremos de cómo, a finales del siglo XVI y XVII, la aparición de los grandes pintores españoles se convirtió en un fenómeno de orden mundial. La conferencia será impartida por el profesor Vidmantas Silyunas, doctor en Historia del Arte y Artista de Honor de la Federación de Rusia, Jefe del Departamento de la Escuela-Estudio Mkhat (Teatro de Arte de Moscú), y caballero de la Orden del Mérito Civil.

El inicio de la época dorada de la pintura española lo marca El Greco, cuyos cuadros parecen visiones o sueños. Las obras del artista se distinguían por una peculiar interpretación de la imagen de Dios, lo que no le gustaba demasiado a la Santa Inquisición. El realismo en las pinturas de El Greco consistía en su capacidad de mostrar la parte espiritual en una persona. Su famosa obra “El entierro del conde de Orgaz” diluye la frontera entre un hecho humano y una visión milagrosa al colocar escenas terrenales y celestiales en el mismo lienzo.

La imagen humana en aquel tiempo se limitaba mayoritariamente a temas religiosos, por lo que, hablando del Siglo de Oro, es imposible pasar por alto el artista de la escuela sevillana Francisco Zurbarán y el caravaggista español José de Ribera, entre cuyas obras se encuentra “Santa Inessa y el ángel que la cubre con un velo”, un oasis de belleza en el océano del sufrimiento.

El retrato fue el único género secular no censurado en aquella época. Y aquí cabe destacar la figura de Diego Velázquez, el famoso representante de la escuela madrileña y pintor de cámara del rey Felipe IV. “Las meninas”, “La fábula de Aracne”, “La Venus del espejo” y muchas de sus otras obras no necesitan presentación. Pero, ¿cómo logró el artista convertirse en uno de los personajes principales de su época y en el reconocido maestro del espacio y el tiempo?

¡Lo descubriremos durante la conferencia del 8 de junio!