El 13 de enero a las 18:00 horas la Fundación Cultural ‘CdR en Barcelona’ y la Universidad Estatal de San Petersburgo os invitan a la conferencia ‘Impresionismo ruso. Valentín Serov’, que será impartida por Nina Shcherbak, candidata en ciencias filológicas.
La conferencia se realizará en línea, en ruso con traducción simultánea al español.
Valentín Serov es considerado en gran medida el último impresionista ruso. Fue uno de los retratistas más destacados de finales del siglo XIX.
Serov es especialmente reconocido como maestro de los retratos psicológicos, pero su talento no se limitaba a ello: también creó ilustraciones para libros históricos y carteles para las revolucionarias temporadas de “Los ballets Rusos” de Serguéi Diáguilev. En sus obras mostraba un amplio abanico de estilos que abarcaba desde el impresionismo hasta el modernismo.
“La niña con melocotones” es considerada la obra más famosa de Serov. El cuadro fascina por su vitalidad y frescura, sobre las que escribió el historiador de arte Ígor Grabár: «Nunca habíamos visto en un cuadro ni tal aire, ni tal luz, ni esa calidez vibrante, casi palpable, de la vida».
Serov estudió con Ilia Repin y solía frecuentar al mecenas Savva Mamontov. Para el cuadro posó Vera Mamontova, la hija de 11 años del anfitrión. Los investigadores consideran “La niña con melocotones” una de las obras maestras del impresionismo ruso. El rostro de la niña está cuidadosamente detallado, mientras que la ropa, el mantel y el fondo se representan con amplias pinceladas; destaca especialmente el paisaje visible a través de la ventana. Serov utilizó tonos puros, aplicándolos de manera superpuesta para captar con precisión los matices del mobiliario y los objetos.
Otra obra impresionista de Serov, “Chica joven en la luz del sol”, fue una de las favoritas del propio artista. Para ella posó su prima, María Simonóvich. Sérov le pedía a la joven modelo que permaneciera inmóvil en el jardín y que pensara en algo agradable. La pintura fue adquirida casi de inmediato por Pável Tretiakov por una suma considerable y poco después se exhibió con una placa que indicaba “Propiedad de Tretiakov”. El propio Sérov consideraba esta obra la cima de su maestría.
Valentín Serov era un hombre reservado y de carácter sombrío; además, no buscaba embellecer la realidad ni halagar a sus clientes. En el retrato de la esposa del coleccionista Petr Botkín, titulado por él “La dama aburrida”, situó con ironía en el centro no a la señora, sino a su diminuta perrita, dejando deliberadamente el fondo vacío y empleando los colores amarillo, azul y negro para transmitir la sensación de soledad. De manera igualmente innovadora fue su retrato de Nicolás II, en el que el emperador aparece con vestimenta cotidiana, sin atributos de poder, realizado con amplias pinceladas y sobre un fondo desnudo, subrayando así la dimensión humana del monarca.
Serov sentía un especial cariño por la Rusia rural y los rostros de la gente sencilla, como se aprecia en obras como “Mujer con caballo”, pintada al natural en pleno frío. También realizó retratos de bailarinas para los carteles de “Los ballets Rusos”. En su trabajo con Anna Pávlova consiguió capturar la ligereza y la efimeridad del baile, representando a la bailarina a tamaño natural con tiza sobre lienzo, lo que suscitó la admiración tanto del público como de sus colegas. Lavrenti Nóvikov, participante de las famosas temporadas de Diáguilev, recordaba: «El retrato de Pávlova realizado por Serov generó más comentarios en la prensa que la propia Pávlova».
La ponente
Nina Shcherbak, graduada en Máster de Artes en Gran Bretaña, es profesora en el Departamento de Filología Inglesa y Lingüística Cultural de la Universidad de San Petersburgo, escritora y guionista. Shcherbak también es autora de programas científicos para televisión, quince monografías y libros sobre lingüística, literatulogia, filosofía del lenguaje y literatura inglesa.
Participación gratuita con inscripción previa.
