Si habéis visitado el mítico edificio de la Ópera de París en la rue Le Peletier, no podréis olvidar la asombrosa combinación del estilo barroco de este antiguo auditorio con la pintura vanguardista de su cúpula, cuyo autor es el artista Marc Chagall. La inauguración de la obra tuvo lugar el 23 de septiembre de 1964 bajo el sonido de la Sinfonía Nº41 ‘Júpiter’ de Mozart, el compositor favorito del artista. Además de escenas y protagonistas de las obras de la música clásica, Chagall decoró la antigua cúpula con las imágenes de la Torre Eiffel y el Arco del Triunfo. Podría parecer que esta obra está “flotando” sobre el auditorio, destacando su esplendor de la manera más mágica.

El 25 de octubre a las 18:00 os invitamos a asistir a una conferencia en línea dedicada a la obra de Marc Chagall, uno de los más célebres representantes de la vanguardia artística del siglo XX. La conferencia será impartida por María García, arquitecta, diseñadora y art-manager de la Fundación Cultural “CdR en Barcelona”. 

Desde las obras más tempranas del artista se veía claramente que la vida cotidiana fue la mayor inspiración de Chagall: los temas de la infancia, la familia, la vida y su ciudad natal de Vitebsk. Pero las principales obras maestras del pintor están dedicadas a su amada Bella Rosenfeld. “En nuestra vida hay un solo color, como en la paleta de un artista, que proporciona el significado de la vida y el arte. Es el color del amor”, creía Chagall. En casi todos sus obras con protagonistas femeninas se reconoce Bella. El amor le brindó a Chagall una sensación de ingravidez: junto a su esposa, literalmente volaba sobre la ciudad. La imagen de dos amantes atravesando la ciudad por el aire abrazándose se convertirá en una de las ilustraciones más brillantes de la cosmovisión del artista.

Las obras de Chagall a menudo parecen extrañas e inusuales. Sus audaces experimentos -irracionalidad, distorsión de las leyes de la física y la lógica- tuvieron una gran influencia en el desarrollo del surrealismo. Los críticos de arte asocian el avance en el desarrollo del expresionismo alemán, entre otras cosas, con las obras innovadoras del maestro Chagall. El propio artista se negó a pertenecer a ninguno de los movimientos: “... mi negocio es la pintura, la pureza y el amor, pero estos conceptos no tratan de un movimiento,  sino de una convicción”.

En 1977, Marc Chagall recibió el premio más conocido e importante de las distinciones francesas, la Gran Cruz de la Legión de Honor. En el mismo año, a los 90 años, se convirtió en el primer pintor vivo que expuso sus cuadros en el Museo del Louvre.