A tres kilómetros de Zvenigorod, en la confluencia del río Storozhka con el río Moscú, se encuentra un monasterio cuya historia está indisolublemente relacionada con el destino de su fundador, Savva Storozhevsky, uno de los primeros discípulos de San Sergio de Radonezh. El bien conservado conjunto arquitectónico de este antiguo monasterio, fundado en 1398, sigue siendo un lugar que guarda la historia centenaria de Rusia y atrae anualmente a miles de peregrinos y turistas.

El 9 de junio a las 18:00 horas, en el marco de la serie de conferencias en línea “Monasterios de Moscú y de su región”, visitaremos el Monasterio Savvino-Storozhevsky, el santuario más importante de la región de Zvenigorod, que fue el lugar de oración favorito de muchos zares rusos, en particular, el de Iván IV el Terrible, su esposa Anastasia Romanovna y su hijo Fyodor. La conferencia será impartida por María García, arquitecta, diseñadora y art-manager de Casa de Rusia.

El conjunto arquitectónico del Monasterio Savvino-Storozhevsky incluye la Catedral de la Natividad de la Madre de Dios, la Iglesia de la Transfiguración del Señor con un campanario y la Iglesia de la Trinidad. Hasta el día de hoy se han conservado fragmentos de los primeros murales del templo, que datan del siglo XV y pertenecen a los pintores del círculo de Andrei Rublev.

El monasterio adquirió su aspecto actual en 1650. Por orden del zar Alexei Mijailovich Romanov, comenzó el segundo período significativo en la historia de la construcción del conjunto arquitectónico. El zar eligió el monasterio como su residencia e inició la construcción de los aposentos reales y el palacio de la zaritza. Hoy en día, en las habitaciones de la emperatriz, los visitantes pueden ver los interiores de las cámaras de los boyardos, así como muebles, vajillas, telas, joyería femenina del siglo XVII y estufas de azulejos reformadas.

En diversas épocas, el Monasterio Savvino-Storozhevsky fue visitado por las emperatrices Elizaveta I y Catalina II, el emperador Nicolás I y Alejandro II. ¿No os parece curioso ver con vuestros propios ojos los monumentos que hace unos siglos vieron los grandes gobernantes rusos? Las maravillas de la historia,  ni más ni menos.